Como les digo a mis pacientes nuestra vida esta formada por varias áreas: familia, trabajo, lo emocional, social, espiritual y lo físico. Cuando una de estas áreas está dañada afecta a toda nuestra vida.
En las vísperas de las fiestas de fin de año, donde las familias se reúnen me gustaría poder contarte los tipos de familias que existen según los autores Minuchin y Fishman (1985):
§ Familia Aglutinada: En estas familias los límites de cada uno de los miembros son difusos. Los miembros pueden verse perjudicados en el sentido de que el exaltado sentido de pertenencia requiere abandono de la autonomía. Son familias pegoteadas, donde todo es de todos y todos tienen derecho a opinar sobre el otro. La conducta de un miembro de la familia afecta de inmediato a los otros y el stress individual repercute intensamente. Así pues, la familia aglutinada es causante de trastornos psicológicos. Ya que genera dependencia y no fomenta la autonomía.
§ Familia Desligada: estas familias son el otro extremo, donde los limites son muy rígidos, los miembros pueden funcionar en forma autónoma, pero poseen desproporcionado sentido de independencia y carecen de sentimientos de lealtad y pertenencia y no pueden contar con la familia cuando la necesitan, ya que “cada uno está en la suya”. Estas familias toleran una amplia gama de variaciones individuales entre sus miembros. El stress que afecta a uno de sus miembros no atraviesa las emociones de los otros miembros, creyendo que “solo se la arreglara”. Así, pues, la familia desligada tiende a no responder cuando es necesario hacerlo.
§ Familias Integradas: existen límites claros, es decir que son familias estables, con flexibilidad en los roles. Son capaces de contener y afrontar los problemas que surgen sin expulsarlos o reprimirlos, sin negarlos (como lo hacen las familias aglutinadas), sin inhibirlos (familias desligadas). Los roles no son fijos, puede haber un cambio si es necesario. La capacidad reflexiva y la carga emocional regulada por el grupo permiten un diálogo transformador, es decir que está dispuesta a transformar lo establecido.
Como pueden leer lo mejor es poder llegar a tener una familia integrada, es decir sana, donde la comunicación fluya de manera efectiva y exista buena contención entre sus miembros.
En este tiempo donde solemos reunirnos en familia te animo a que realces los valores del respeto, del compartir, conversar, del amor y el cuidado.
En mi experiencia con mis pacientes, he notado que ninguno de ellos al hablar de su infancia ha valorado o recordado los regalos costosos que sus padres le han hecho, te puedo asegurar que lo que perdura en el tiempo son las experiencias con nuestras familias. El hecho de que puedas jugar con tu hijo, sobrino o nieto hace que estés contribuyendo a formar una familia más sana e integrada.
En la Biblia, Jesús nos enseña que tenemos que ser como niños para poder ir al cielo, enseñemos a nuestros niños a que no pierdan su inocencia, espontaneidad, el deseo de jugar, divertirse y aprender.
¡Deseo que tengas unas hermosas fiestas fomentando una familia más integrada, sana y feliz!
Licenciada en Psicología Weber Priscila Daiana M.P. 83780
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